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¿Cómo elegir un producto de limpieza?
Para comprar el producto de limpieza ideal es conveniente tener en cuenta el precio, la efectividad y la composición del producto. Actualmente existen muchas diferencias entre los distintos limpiadores y no solo respecto a su uso o a su precio, sino también en cuanto a su impacto. Obviamente se debe valorar que sea barato y efectivo, pero no te olvides de los químicos. En este sentido lo ideal es optar por productos de limpieza ecológicos, o al menos que tiendan a serlo porque así lograrás que causen un menor impacto, tanto en el medio ambiente como en el producto a limpiar, sobre todo si está fabricado con materiales naturales como la madera o el cuero.
Tipos de productos de limpieza
La palabra «limpiar» se puede aplicar a todo puesto que todo necesita un mínimo mantenimiento, desde las ventanas de la casa hasta el interior del horno. Esto ocasiona que se necesiten distintos productos para la limpieza para según qué superficies, dado que no es lo mismo la limpieza de una alfombra que la de un mueble de madera.
Pese a que hay productos que se venden como un todo en uno, la realidad es que no existe una fórmula mágica e inevitablemente tendremos que disponer de distintos productos para mantener decente la casa.
Productos de limpieza general
Limpiadores abrasivos
Son aquellos productos que se utilizan para la limpieza de superficies duras, esmaltadas o metálicas. Pueden presentarse en forma de polvo o líquida y se caracterizan por ser muy efectivos pero también muy agresivos con las superficies.
Los limpiadores abrasivos suelen incluir agentes que actúan como desinfectantes y eliminan las manchas de grasa, también pueden actuar como blanqueadores o incluso contener minerales minerales, tales como el feldespato, el cuarzo o el sílice. Al contener tal cantidad de químicos lo ideal es utilizarlos como último recurso ya que a la larga dañan el revestimento de la superficie a limpiar.
Limpiadores no abrasivos
Los limpiadores no abrasivos destacan por ser menos agresivos que los anteriores. Pueden presentarse en polvo, en forma líquida o incluso en aerosol y se utilizan en superficies más delicadas como suelos, maderas o pintura. Suelen contener agentes desinfectantes o surfactantes bastante diluidos para evitar la corrosión, así como amoníaco o carbonato de sodio, que ayudan a eliminar la suciedad.
Productos de limpieza específicos
Están diseñados para limpiar superficies concretas como la madera, el vidrio, la ropa, los azulejos, el metal, los zapatos… Por lo general son muy efectivos y suelen respetar bastante la conservación de los elementos. Los podemos clasificar en:
Limpiadores de hornos (quitagrasas)
Son líquidos muy potentes que se dispensan a través de un pulverizador o spray. Se utilizan en hornos y vitrocerámicas fríos por lo que contienen lejía y sales alcalinas, que limpian y desinfectan, así como de surfactantes, que facilitan la adherencia del producto a la superficie.
Limpiadores de metales
Su finalidad principal es limpiar y evitar el óxido. Normalmente se presentan en forma densa (pastas) y contienen agentes abrasivos como el ácido sulfúrico u oxálico. Debido a esto último, no se aconseja su utilización en otras superficies.
Lejía
El hipoclorito de sodio se utiliza principalmente para lavar la ropa blanca. También puede utilizarse como quita manchas o quita grasa en superficies duras. Destaca por ser además un producto desinfectante.
Desinfectantes
Su finalidad principal no es la limpieza, sino la eliminación de bacterias y gérmenes. Dependiendo del uso pueden contener hipoclorito de sodio, clorhexidina, aceite de pino, alcoholes. Son muy utilizados en hospitales, centros de salud y en el sector industrial. Algunos productos de limpieza común, como la lejía, también son desinfectantes.
Limpiadores de baños y azulejos
Se podrían dividir en:
Limpiadores de muebles y tapizados
Puedes encontrarlos como líquidos o sprays. Actúan como limpiadores, abrillantadores y protectores del barniz o tapizado. Contienen principalmente cera microcristalina, que se adhiere muy fácilmente y protege la madera, y aceites de silicona, que también facilitan la adherencia y la limpieza. Otros ingredientes comunes son el jugo de limón o el vinagre.
Limpiadores de polvo
Son productos que se comercializan en forma líquida y funcionan a través de un pulverizador o aerosol. Su función principal es retener el polvo en la esponja o el trapo mientras se desliza por la superficie. Están fabricados fundamentalmente con aceites muy adherentes, aunque también pueden contener elementos quita manchas. No se aconseja su uso para el fregado del suelo ya que dejan la superficie resbaladiza.
Fregadoras de suelo
Los pisos pueden estar construidos con madera, caucho, cemento, plaqueta… por lo que en el campo de los limpiadores de suelo existen productos muy distintos. La mayoría se comercializan en forma líquida y contienen elementos tales como la trietanolamina que protege y abrillanta, perfumes que aportan olor, y ácidos como el ácido sulfúrico o los alcoholes láuricos como elementos quita grasas. Sin embargo, en los fregasuelos para madera los protagonistas son los ingredientes naturales, tales como las ceras o los aceites.
Limpiacristales
Son específicos para limpiar y sacar brillo a los cristales. Se presentan en forma líquida (flux flux) o en aerosol y contienen agentes disolventes y constructores que eliminan las grasas.
Otros productos específicos
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